viernes, 21 de octubre de 2011

¿Qué es el cuento?


¿Qué es el cuento?
Jorge Luis Borges advirtió en su momento que “la excelencia de la literatura es el cuento”.
En vecindad muy próxima con la poesía, al modo de Ana María Matute, el cuento es poesía en prosa: lo máximo a través de lo mínimo, la extensión en la brevedad, la complejidad en la agilidad, la intensidad en la sutileza… Pero aunque parezca elemental, y de hecho, desde la teoría literaria, esta nota sea una de las definitorias de su naturaleza argumentativa, el cuento es trampa.
La opción por el cuento es elección contraria  a los reflectores y al bullicio. El cuento es la cosa más pequeña que se anida en el vasto campo de la literatura.
Bibliografía
ARTEAGA VILLA, Víctor. Augusto Monterroso síntesis de la imaginación. EN: Literario Dominical. El Colombiano. Medellín 23 de febrero de 2003. Págs. 2-3

En todos los países hay fiestas nacionales o de la República

Guy de Maupassant en su cuento "El horla" hace referencia a estas fiestas y lo que en él cuenta es aplicable a todas, independientemente del país, dice:

"Fiesta de la República. He paseado por las calles. Los cohetes y banderas me divirtieron como a un niño. Sin embargo, me parece una tontería ponerse contento un dia determinado por decreto del gobierno.  El pueblo es un rebaño de imbéciles, a veces tonto y paciente, y otras, feroz y rebelde. Se le dice: "Diviertete". Y se divierte. Se le dice: "Ve a combatir con  tu vecino". Y va a combatir. Se le dice: "Vota por el emperador". Y vota por el emperador. Después; "Vota por la República". Y vota por la República.

Cuento completo



http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/maupassa/horla.htm



martes, 13 de septiembre de 2011

No te dejes


NO TE DEJES
Julio Cortázar

Es obvio que trataran de comprar a todo poeta o narrador de ideología socialista cuya literatura influya en el panorama de su tiempo; no es menos obvio que del escritor, y sólo de él dependerá que ello no ocurra.
En cambio le será más difícil y penoso evitar que sus correligionarios y lectores (no siempre los unos son los otros) lo sometan a toda la gama de las extorsiones sentimentales y políticas para forzarlo amablemente a meterse cada vez más en las formas públicas y espectaculares del “compromiso. Llegará un día en que, más que libros, le reclamarán  discursos, conferencias, firmas, cartas abiertas, polémicas, asistencia a congresos y política.
Y así ese justo, delicado equilibrio que permite seguir creando una obra con aire en las alas, sin convertirse en el monstruo sagrado, el prócer  que exhiben en las ferias de la historia cotidiana, se vuelve el combate más duro que ha de librar el poeta o el narrador para que su compromiso se siga cumpliendo allí  donde tiene   su razón de ser, allí donde brota su follaje.
Amarga y necesaria moraleja: No te dejes comprar, pibe, pero tampoco vender.

Interesante reflexión para esta época en la que todo se compra o se vende sin miramientos de la condición y dignidad humana, sólo con el mero propósito de protagonismo, o peor aún, la satisfacción de necesidades viscerales. Época en la que la mediocridad, el facilismo y el oportunismo caracterizan a muchos sujetos de “alto perfil” y en el que se encuentran entre comerciantes, politiqueros, profesionales de diversas carreras, también cualquier cantidad de “académicos”.

Alonso Garro Arango

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La cordillera de Juan Rulfo.


Reseña 2

DIEZ A. Luis. Carpentier y Rulfo: dos largas ausencias. EN: Cuadernos hispanoamericanos Nº. 272. Madrid. Febrero  de 1973.

El artículo de Luis Diez hace referencia a las obras de dos grandes de la literatura, Alejo Carpentier y Juan Rulfo. Sus obras: El año 1959 y La cordillera respectivamente a pesar de que crearon mucha expectativa nunca salieron al mercado, no dio tiempo a sus autores a terminarlas. 

En esta reseña se hará énfasis a La cordillera, trascribiendo apartes anecdóticos de la vida de Juan Rulfo e incluso párrafos de la novela en mención, claro está, sin demeritar en ningún momento la obra de Carpentier.

En los quince años que siguen a la publicación de Pedro Páramo, dice Luis A. Diez que Juan Rulfo ha estado morando y merodeando por entre las tinieblas  de su purgatorial Comala, escribiendo la cordillera. (Pág. 343)
Pero parece que no era una, sino dos las obras que estaba escribiendo Rulfo. En 1968 aparece una reseña noticiosa que hace referencia a las mencionadas obras: “Las dos obras maestras serán publicadas en un futuro próximo por la editorial Siglo XXI y se llaman Días sin floresta y, claro, La cordillera. (DIEZ A. Luis. Pág. 345).

Sobre la misma Cordillera y su contenido, el semanario Siempre  publicó en su número del 29 de junio de 1966  un reportaje-entrevista de M. Teresa Gómez Gleason, intitulado “Juan Rulfo y el mundo de su próxima novela”. Su autora  recoge en unos cuantos párrafos lo que debieron ser impresiones memorizadas (Rulfo no tolera magnetófonos o lapiceros de entrevistadores las pocas veces que accede a recibirlos) de las palabras del mismo escritor sobe su memorabilia infantil  de un México en llamas. Transcribo estos dos de muestra:
…Los curas de la costa siempre traen pistola, son curas “bragados”. El cura Sedano de Zapotlán… raptaba muchachas y se aprovechó de la cristiada para alzarse en armas, lo mismo que el de San Gabriel y el de Jiquilpan, A Sedano lo colgaron en un poste de telégrafo. Tendría yo como ocho años cuando el cura de San Gabriel dejo su  biblioteca a guardar en la casa de mi abuela, antes de que expropiaran el cuarto y lo convirtieran en cuartel…

…Dionisio Tizcareño fue novio de la Tránsito Pinzón. Lo mataron en el Hotel Manzanillo aquella vez que estuvo peleando contra la policía y el ejército y no se rendía,  hasta que pidieron ayuda a la marina  y entre quince soldados y veinte policías hicieron pedazos el hotel. Allí terminó la ilusión de Tránsito de casarse con él, pero al saber que Dionisio había muerto, ella saco su propia acta de defunción. Así vivió soltera y dueña de muchas escrituras que obtuvo cuando les quitaron la propiedad a los comuneros, y cuando “la Federal” quería aplicarle la ley, ella demostraba que Tránsito Arias Pinzón había muerto…

(Pág. 346)

La comunión íntima con sus raíces es uno de los motivos por los que La cordillera  no progresó, muestra de ello es la respuesta que da Rulfo cuando la escritora mexicana le pregunta: “¿Qué siente cuando escribe?” a lo que el escritor responde: “remordimiento”.

En la entrevista que le hace el semanario Siempre dice Rulfo: “¡Ya no quiero sangre! La literatura mexicana está llena de sangre y me niego a contribuir con una gota más”.

Alonso de J. Garro Arango

lunes, 29 de agosto de 2011

"...lo que más amenaza al lector:

"...lo que más amenaza la lectura: la realidad del lector, su personalidad, su inmodestia, su manera encarnizada de querer seguir siendo él mismo frente a lo que lee, de querer ser un hombre que sabe leer en general". Blanchot. Citado por: LARROSA, Jorge. La experiencia de la lectura. Editorial Laertes. Primera edición. 1996. Pág. 19

Elías Canetti dice:

El escritor búlgaro Elías Canetti valoró con estas palabras el cuento "¡Diles que no me maten!": "No he conocido cuento más perfectamente construido, más conmovedor y más entrañable. Es difícil encontrar un cuento  en donde la emoción, la inteligencia y la expresión se junten y constituyan un heroísmo literario".DÍEZ R. Miguel.  EN:  Juan Rulfo y Luvina

martes, 23 de agosto de 2011

lunes, 1 de agosto de 2011

Conocimientos: científico y empírico

Fragmento del cuento  Bautismo de fuego del escritor Mijail Bulgákov


El agua salía ruidosamente de los grifos; Ana Nikoláievna y yo comenzamos a limpiarnos y a lavarnos las manos y los brazos desnudos hasta el codo. Ana Nikoláievna, con un fondo de gemidos y lamentos, me contaba cómo mi antecesor -un experto cirujano- hacía los virajes. Yo la escuchaba ansiosamente, procurando no perderme una sola palabra. Y esos diez minutos me dieron más que todo lo que había leído sobre obstetricia cuando me preparaba para el examen estatal, en el que -justamente en obstetricia- había obtenido una nota "sobresaliente". Por palabras aisladas, frases inconclusas, insinuaciones hechas de paso, me enteré de lo más necesario, de aquello que no se encuentra nunca en ningún libro. Cuando comencé a secarme las manos -idealmente blancas y limpias- con gasa esterilizada, la decisión ya se había adueñado de mí y tenía en la cabeza un plan firme y determinado. En aquel momento ya no tenía para qué pensar si el viraje iba a ser combinado o no combinado.
Todos aquellos términos científicos ahora no venían al caso. Lo importante era una cosa: debía introducir una mano, con la otra ayudarme desde fuera para ejecutar el viraje y, confiando ya no en los libros sino en el sentido de la medida sin el cual el médico no sirve para nada, debía cuidadosa pero insistentemente hacer bajar una piernecita y, tirando de ella, extraer el bebé.

* * *

Era más de la una cuando regresé a mi apartamento. Sobre el escritorio del gabinete, bajo la mancha de luz de la lámpara, yacía pacíficamente el Doderlein, abierto en la página "Peligros del viraje". Durante casi una hora, estuve bebiendo el té ya frío y hojeando el libro. Entonces ocurrió algo interesante: todos los pasajes que hasta ese momento me habían resultado oscuros se volvieron completamente claros, como si se hubieran llenado de luz, y allí, bajo la luz de la lámpara, por la noche, en aquel lugar apartado, comprendí lo que significa el verdadero conocimiento.
"Se puede adquirir una gran experiencia en la aldea -pensé mientras me quedaba dormido-, pero hay que leer, leer todo lo posible..., leer..."

viernes, 29 de julio de 2011

AGRADECIMIENTOS

Gracias Felipe por la corrección ortográfica que me haces, fue tanta la emoción, que se me olvido hasta el diccionario.

viernes, 22 de julio de 2011

Borges y Rulfo

Espero que los lectores sientan lo que sentí al leer este artículo, la verdad se me pusieron los pelos de punta, y sin exagerar, de la emoción se me chocolatiaron los ojos. Que lección  de humanidad, nos dan estos dos maestros. Eso es la literatura.
 
BORGES Y RULFO

La inmortalidad y otras fatigas

Jorge Luis Borges visitó la ciudad de México en 1973. Amable, accedió a todos los "impiadosos compromisos" que, según sus palabras,"confundían a un modesto autor con un pésimo actor". De la breve entrevista que sostuvo con el Licenciado Luis Echeverría se sabe poco. El extinto periodista colombiano Miguel Cantero le preguntó meses después por la impresión que le causó el mandatario. A lo cual Borges respondió: "Nunca me tome en serio. Pero si ése es el presidente, prefiero no imaginar al gobierno". A su llegada al país, el escritor argentino "pidió un favor" a sus anfitriones. Quería hablar con Juan Rulfo. Le sugirieron entonces un desayuno. "Pido clemencia -respondió-. Prefiero los atardeceres. Las mañanas me derrotan. Ya no tengo el brío ni las fuerzas para entregar al día lo que se merece. Hoy el crepúsculo me sienta mejor. Sólo quiero conversar con mi amigo Rulfo".
Reproducimos la conversación sin reclamo alguno de precisión. Las fuentes son demasiado vagas para permitirlo:
RULFO: Maestro, soy yo, Rulfo. Que bueno que ya llegó. Usted sabe como lo estimamos y lo admiramos.
BORGES: Finalmente, Rulfo. Ya no puedo ver a un país, pero lo puedo escuchar. Y escucho tanta amabilidad. Ya había olvidado la verdadera dimensión de esta gran costumbre. Pero no me llame Borges y menos "maestro", dígame Jorge Luis.
RULFO: Que amable. Usted dígame entonces Juan.
BORGES: Le voy a ser sincero. Me gusta más Juan que Jorge Luis, con sus cuatro letras tan breves y tan definitivas. La brevedad ha sido siempre una de mis predilecciones.

RULFO: No, eso sí que no. Juan, cualquiera, pero Jorge Luis, sólo Borges.
BORGES: Usted tan atento como siempre. Dígame, ¿cómo ha estado últimamente?
RULFO: ¿Yo? Pues muriéndome, muriéndome por ahí.
BORGES: Entonces no le ha ido tan mal.
RULFO: ¿Cómo así?
BORGES: Imagínese, don Juan, lo desdichado que seríamos si fuéramos inmortales.
RULFO: Sí, verdad. Después anda uno por ahí muerto haciendo como si estuviera uno vivo.
BORGES: Le voy a confesar un secreto. Mi abuelo, el general, decía que no se llamaba Borges, que su nombre verdadero era otro, secreto. Sospecho que se llamaba Pedro Páramo. Yo entonces soy una reedición de lo que usted escribió sobre los de Comala.
RULFO: Así ya me puedo morir en serio.

Tomado de la revista trimestral Fractal. l


RULFO EN COLOMBIA

RULFO EN CALI

Este es el título que Eduardo Cruz da a un artículo en el que hace referencia a una entrevista que a finales de los setenta hace Gloria Valencia de Castaño a Juan  Rulfo en Cali durante el Encuentro de Narrativa Hispanoaméricana. Transcribo las pregunta y respuestas, segun Ecuardo  Cruz fueron las más relevantes:

–Por ejemplo su último libro, usted contestó con su humor que, por cierto lo tiene a flor de piel y que le sale duro muchas veces, contestó que su libro Cordillera se había quedado “en cerro”. ¿Qué nos quiso decir?
Bueno, que desapareció, desapareció definitivamente.
–¿De verdad lo destruyó?
Lo destruí, sí, lo tiré a la basura, pues no llenaba, no me satisfacía, era una cosa que me llevó a un callejón sin salida.
En otro momento del diálogo en el estudio, intervino el escritor Manuel Mejía Vallejo.
–Usted tiene en su obra un aspecto permanente sobre la soledad y la muerte. A veces, cuando lo veo, me lo imagino como un fantasma creado por usted mismo.
Así soy, un fantasma, no existo, es un mito la existencia, mi existencia. A veces pienso que no existo.

Producto de dicho encuentro, dice el artículo, que en los registros sonoros de la Universidad del Valle la voz del autor.


Dijo: “Yo estuve buscando muchos editores y no me quisieron publicar hasta el año ’53. Yo ya tenía escrita mentalmente el Pedro Páramo. Considero incluso que Pedro Páramo es anterior a los cuentos. El resultado fue que no encontraba la fórmula para contarla. Al escribir los cuentos, me dediqué a hacer una especie de ‘ejercicios literarios’ hasta que por fin encontré, en un cuento que se llama “Luvina”, la atmósfera que yo necesitaba para escribir Pedro Páramo. Así es que si se publicaron primero los cuentos, fue porque ya había los suficientes medios para hacerlo, y entonces me dediqué exclusivamente a escribir la novela. En lo personal, y es una cosa que siempre me he reservado, Pedro Páramo es anterior a El Llano en llamas. Me quedaba entonces después del trabajo a escribir. No tenía amigos ni a dónde ir, así que escribí una novela que titulé provisionalmente El hijo del desaliento. Fue una novela que, como ustedes pueden suponer, fue a parar a la basura, como otras que también fueron a parar al mismo lugar. [...] La novela mexicana ha caído en el terreno de la pornografía, el escándalo y la comercialización. Grijalbo, por ejemplo, ha incrementado este tipo de literatura. Si antes vendía bestsellers norteamericanos, ahora vende escándalo. Han aparecido seis u ocho escritores que exclusivamente escriben eso. Una novela llena de vulgaridades, pero como se dice, de sal, de pimienta, que llama la atención y que el público que no lee literatura la consume. Así como se venden los cómics, así se venden esas obras. Puedo citar nombres: Parménides García Saldaña, Gustavo Sáinz, José Agustín, Luis Zapata; bueno, tres o cuatro más que escriben pornografía absoluta. No tienen nada de literario sus obras. [...] Para mí, el acierto más grande de Carlos Fuentes fue La muerte de Artemio Cruz. En cambio Terra nostra está plagada de esa obsesión en él, hacer farragosa alguna cosa. Tiene una particularidad Carlos Fuentes: no sacrifica nada. No tacha nada de lo que escribe, porque cree que cualquier línea es valiosa y eso le ha perjudicado, sobre todo en Terra Nostra que podría haber sido una novela magnífica. Se le fue de las manos… El defecto que yo le veo a esta novela es esa falta de crítica que nos sobra a algunos. Fuentes debería de concretarse a lo que conoce, que es la historia de México. El problema es que él no conoce su país. Al principio quiso imitar a su padrino Octavio Paz, pero lo ha superado en muchos aspectos, sobre todo en el terreno de la ficción. Lo que me molesta de Fuentes es que él trabaja sus obras con el conocimiento y no con la imaginación. Y esto es una falla.”

Ver araticulo completo en: 
http://www.jornada.unam.mx/2011/06/19/sem-eduardo.html 


jueves, 21 de julio de 2011

El desafio de la creación - Juan Rulfo (Reseña)


RULFO, Juan. El desafío de la creación. 

En este artículo Juan Rulfo  dice que uno de los principios de la creación literaria es la invención, la imaginación. “Somos mentirosos; todo escritor que crea es un mentiroso, la literatura es mentira; pero de esa mentira sale una recreación de la realidad;  recrear  la  realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación”.
Dice Rulfo  que para contar una historia  hay tres puntos de apoyo: primero, crear el personaje; segundo, crear el ambiente donde se va a mover ese personaje y tercero, cómo va a hablar ese personaje, cómo se va a expresar.
Como escritor, el autor de Pedro Páramo no cree en la inspiración. Dice que jamás a creido en la inspiración y que eso de escribir es un asunto de trabajo. Se logra crear lo que se puede decir, afirma Rulfo, lo que, al final, parece que sucedió o pudo haber sucedido, o pudo suceder pero nunca  ha sucedido-
Lo primero en Juan Rulfo es la imaginación, que circula entre la creación del  personaje, del ambiente donde se mueve ese personaje y la forma como éste va a hablar, “la imaginación es infinita, no tiene límites”. Después de la imaginación aparece la intuición, la intuición lo lleva a uno a pensar algo que no ha sucedido, pero que está sucediendo en la escritura.
El trabajo de la escritura se concreta para Juan Rulfo en la imaginación, la intuición y una aparente verdad.
Otro elemento importante que plasma el autor de El desafío de la creación es, dice, el querer contar algo sobre ciertos temas, que para Rulfo no son más que tres: el amor, la vida y la muerte ; aunque en entrevista realizada en 1966 por el reportero Enrique Santos hace referencia a parte del amor y la muerte, a los temas de la injusticia y del sufrimiento, dice: "Los problemas humanos son iguales en todas partes. No son temas nuevos el amor, la muerte, la injusticia, el sufrimiento, que están sugeridos en Pedro Páramo"(1) y encontrarlo (el tema) es uno de los problemas en la creación literaria, sumándole a ello el personaje y que va a decir ese personaje, cómo va  a adquirir vida.
Como autor de cuento y novela, en el texto que se reseña  el autor establece la diferencia entre estos dos géneros literarios, dice Rulfo: “Para mí el cuento es un género realmente más  importante que la novela por que hay que concentrarse en una cuantas páginas para decir muchas cosas, hay que sintetizar, hay que frenarse: en eso el cuentista se parece mucho al poeta, al buen poeta.
Este artículo es importante y una muy buena referencia para quienes gustan de leer y escribir  cuento corto.

 (1) http://www.elligue.com/thread/rulfo-y-garcia-marquez-comala-y-macondo-12298-0.html

El texto completo del artículo se encuentra en el siguiente link:
 http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/rulfo1.htm

RULFO Y LA HISTORIA

En charla pronunciada por Juan Rulfo en 1983 en la Universidad de Colima, un estudiante le preguntó por qué era importante estudiar la historia, a lo que Rulfo le contesto no sin ironía: "No me venga usted con cuentos". "El que no conoce su historia, su pasado, no tiene identidad alguna. Es un hombre que está volando en las nubes, está navegando en un vacío, está simplemente fuera del mundo y de la sociedad en que vive".

Transcripción de una conferencia  sobre la historia de Colima, dictada por Juan Rulfo en diciembre de 1983. Juan Rulfo. Dónde quedó nuestra historia. 2da. edición ampliada. Colima. Univesidad de Colima, 1986, pp. 26-51 (Colección Rajuela). Citado por: María Xóchitl Galindo Villavicencio. EN: Presentación de Nuevos indicios sobre Juan Rulfo. Genealogía, estudios, testimonios. de Jorge Zepeda (Coordinador)

RULFO Y LOS INTELECTUALES


RULFO Y LOS INTELECTUALES
“[…] sino que les estoy hablando de una forma muy elemental, porque yo le tengo mucho miedo a los intelectuales, por eso trato de evitarlos; cuando veo a un intelectual, le saco la vuelta, y considero que el escritor  debe ser el menos intelectual de todos  los pensadores, porque sus ideas y sus pensamientos son cosas muy personales que no tienen porque influir en los demás ni hacer lo que quiere que hagan los demás;  cuando se llega a esa conclusión , cuando se llega a ese sitio, o llamemos final, entonces siente uno que algo se ha logrado”.
RULFO, Juan. El desafío de la creación.

POR QUÉ LEER

"La crítica  orientada al lector se basa en nociones de la experiencia del lector, referidas a lo que un lector encuentra, siente, se pregunta, conjetura, concluye, para justificar sus ideas sobre  el significado y estructuras de las obras literarias. Un lector informado hace todo lo que esté a la mano para informarse. De ahí que el sentido dado a la obra dependa de la experiencia del lector informado. (MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág. 88)

 "El hombre construye cosas porque está vivo, pero escribe libros porque se sabe mortal. Vive en grupos porque es gregario, pero lee porque se sabe solo. La lectura es una compañía que no ocupa el lugar de ninguna otra y a la que ninguna compañía distinta podría reemplazar. No le ofrece ninguna explicación definitiva sobre su destino, pero teje una retícula apretada de complicidades que hablan de felicidad paradójica de vivir, al tiempo que iluminan  el absurdo trágico de la vida. De modo que nuestras razones para leer son tan extrañas  como nuestras razones para vivir. Y a nadie se le ha otorgado poder para reclamarnos cuentas por esta intimidad. (Daniel Pennac citado por: MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág. 30)

"Leer es pues, desde Pessoa, un alejarse de la oscura, de la asesina ignorancia". (MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág. 15)
"Para Pessoa, el segundo 'asesino' a combatir  es el 'Fanatismo'; así con mayúscula, porque no hay mejor aliado de éste que la 'Ignorancia', también con mayúscula,y ambos son los peores enemigos  de los espíritus libres".  (MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág. 15).

La lectura como las cosas, dirá Pessoa en 1912, no tienen significado: tienen existencia,. (MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág. 18)

 No existe tanta tolerancia como en el acto de leer, Por eso en  buena parte la lectura cumpli una función catártica, liberadora, de democracia participativa y comunicativa. (MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág.22)

"La lectura no es ni profesión ni obligación, sino una vocación, una actitud de diálogo permanente con el universo" (MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág. 23)

"El libro es una extensión de la memoria y de la imaginación". (MESA ESCOBAR, Augusto. Literatura  y educación. Colección jornadas de literatura. Comfama. Medellín, 2004. Pág. 23)



SÁBATO

"Leer les dará una mirada más abierta sobre los hombres y sobre el mundo, y los ayudará  a rechazar la realidad como un hecho irrevocable".

lunes, 18 de julio de 2011

BORGES: frases y párrafos

Pensar, analizar, inventar (me escribió también) no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. (Pierre Menard, autor del Quijote)

A las nueve o diez noches comprendió  con alguna amargura que nada podía esperar de aquellos alumnos que aceptaban con pasividad su doctrina y si de aquellos que arriesgaban, a veces, una contradicción razonable. Los primeros, aunque dignos de amor y buen afecto, no podían ascender a individuos; los últimos preexistían un poco más... (Las ruinas circulares)

JUAN RULFO: frases y párrafos

Nunca había  sentido que fuera más lenta y violenta la vida como caminar entre un amontonadero de gente; igual que si fuéramos un hervidero de gusanos apelotonados bajo el sol, retorciéndonos entre la cerrazón del polvo que nos encerraba a todos en la misma vereda y nos llevaba como acorralados.  (Talpa)

VARIOS; frases y fragmentos

Era, sobre todo, una belleza para hombres, sin ser en lo más mínimo provocativa; y esto es precisamente lo que no entederían nunca las mujeres. (HORACIO QUIROGA. La muerte de isolda )

"Cuan imprudente es aquel que no llega a un pacto con sus ojos". (THÉOPHILE GAUTIER. La muerta enamorada)
Y en el contorno de su alta frente, en los bucles de su sedosa cabellera, en sus pálidos dedos que se sepultaban dentro de ella, en el triste tono bajo y musical de su palabra, y por encima de todo -¡oh, por encima de todo!- en las frases y expresiones de la muerta sobre los labios de la amada, de la viva, encontraba yo pasto para un horrendo pensamiento devorador, para un gusano que no quería perecer.  (EDGAR ALLAN POE. Morella)

 Finalmente tomé la decisión  que consideré más conveniente y preferible a todas las soluciones anteriores: emparedarlo en el sótano como se dice que hacían en la Edad Media los monjes con sus víctimas. (EDGAR ALLAN POE. Gato negro)

El hombre no se rinde a los ángeles, ni totalmente a la muerte, sino por la flaqueza de su débil voluntad.  (EDGAR ALLAN POE. Los crímenes de la calle Morgue)

Sin embargo, calcular no es lo mismo que analizar. Por ejemplo, un jugador de ajedrez realiza lo primero sin esforzarse en lo segundo. Y en consecuencia, debe deducirse que el juego de ajedrez, en sus efectos sobe el carácter mental se interpreta erróneamente. (EDGAR ALLAN POE. Los crímenes de la calle Morgue)

La verdad no está siembre en el fondo de un pozo. En realidad,  y en lo que concierne a lo que más importa conocer, creo que la realidad es siempre superficial. (EDGAR ALLAN POE. Los crímenes de la calle Morgue)


Las carencias son madres de los excesos (MARCO T.  AGUILERA. Amor contra natura)

El amor es como el pan: tiene su punto. (MARCO T.  AGUILERA. Amor contra natura)

Una vez tomada la determinación, debía  cumplirla, no importa lo que sucediera. (MARCO T.  AGUILERA. Historia de un orificio)

Don Marcial no se sentía bien. Al arreglarse la corbata frente a la luna de la consola se vio congestionado. Bajó  al despacho donde lo esperaban hombres de justicia, abogados y escribientes, para disponer la venta  pública de la casa. Todo había sido inútil. Sus pertenecías se irían a manos del mejor postor, al compás del martillo golpeando una tabla. Saludó y le dejaron solo. Pensaba en los misterios de la letra escrita, en esas hebras negras que se enlazan y desenlazan sobre anchas hojas  afiligranadas de balanzas, enlazando y desenlazando compromisos, juramentos, alianzas, testimonios, declaraciones,apellidos, títulos, fechas, tierras, árboles y piedras, maraña de hilos, sacada del tintero, en que se enredaban las piernas del hombre, vendándole caminos desestimados por la Ley; cordón al cuello, que apretaba su sordina  al percibir el sonido  terrible de las palabras en libertad. Su firma lo había traicionado, yendo a complicarse en nudo y enredos de legajos. Atado por ella, el hombre de carne se hacía hombre de papel. (ALEJO CARPENTIER. Viaje a la semilla)



A quien no lo siente, no es posible hacerlo comprender: (Kafka. Un artista del hambre)

A la larga, la vida va hoy tan rápidamente, la despreocupada inconsciencia es tan grande, son tantas las diversiones. (LIsle Adam. Amigas de pensionado).